Los museos son poseedores de un lenguaje autónomo, soberano y extraordinario: el lenguaje museográfico.

Los objetos reales (que llenan el espacio) y los fenómenos reales (que llenan el tiempo) se complementan como recursos de este lenguaje para ofrecer una singular experiencia comunicativa basada en lo que es real, tangible y comparte espacio y lugar con el receptor del mensaje.

Si quieres saber más acerca de cómo usar con rigor este lenguaje, ya sea en el museo o en otros ámbitos de la comunicación —empresas u otras organizaciones—, no dudes en contactar conmigo.

Si prefieres leer algo más por tu cuenta sobre el lenguaje museográfico, te sugiero mi libro, también disponible para lectura íntegra en línea, y que lleva prólogo de Ferran Adrià: El lenguaje museográfico | The museographic language.

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